domingo, 6 de mayo de 2012

Personas Con Discapacidades


 ¿Alguna vez te has preguntado cómo son? ¿Cómo viven? ¿En qué son discapacitados? ¿Por qué se les ha discriminado históricamente? ¿Por qué esta discapacidad da derecho a interrumpir el embarazo?

Históricamente se ha discriminado a las personas que presentan alguna discapacidad.
Por ejemplo en la sociedad espartana, se permitía lanzar al monte a los recién nacidos que presentaran alguna debilidad.
En la Edad Media, la Iglesia atribuía a causas sobrenaturales las diferentes ‘anormalidades’ de estas personas. Se las sometía a exorcismos e incluso se las condenaba a la hoguera.
En la Edad Moderna, lo que les esperaba a las personas con discapacidad en su etapa adulta era la feria, los bufones, o la mendicidad.
Durante los siglos XVII y XVIII, las personas con discapacidad mental eran destinadas a orfanatos, manicomios, prisiones y otro tipo de instituciones.
En la Edad Contemporánea se construyeron centros especializados fuera de las ciudades para ‘proteger a las personas normales  de los anormales’. Estas prácticas se escudan en la idea que esos centros eran un entorno más adecuado para ellos, en la realidad, no es así, a la persona con discapacidad se le separa, se le segrega y se le discrimina.
En el S.XIX, la persona con discapacidad pasa a ser sujeto de estudio. Algunas prácticas fueron retomadas durante en nazismo al realizar experimentos científicos o enviar a los enfermos a las cámaras de gas.

Pero ¿Qué sucede en la actualidad?
Existen diferentes estereotipos como “Los discapacitados son una carga” “Los discapacitados no pueden desenvolverse por sí mismos” “Los discapacitados dan lástima”. Son enfermos, dependientes, irresponsables, incapaces, inútiles, etc.
Todas estas etiquetas forman una gran barrera mental que influye en la actitud de la sociedad hacia este colectivo e incluso más importante, afecta a cómo ellos se ven a ellos mismos. Estas actitudes sociales negativas suponen un obstáculo para la integración de las personas con discapacidad en los diversos ambientes y para el desempeño de algunos roles sociales.
En la mayor parte de los casos piden ‘Un trato natural, como le gustaría ser tratada cualquier persona’

Es un trabajo de todos estar alerta ante estas etiquetas ya que estas personas no son discapacitados, ni minusválidos, ni incapacitados. Son ante todo PERSONAS, son PERSONAS con discapacidad. De esta forma reivindicamos su condición de persona con derechos y obligaciones, con sentimientos, necesidades y aspiraciones, como todos los demás.

Una persona con discapacidad “Es una persona que tiene una o más
deficiencias, evidenciadas con la pérdida significativa de alguna o algunas
de sus funciones físicas, mentales o sensoriales que implican la disminución o ausencia de capacidad de realizar actividades”.

Es también responsabilidad de todos no generalizar y no deshumanizar, no referirnos a todas las personas con discapacidad como ‘esta gente’. Por ejemplo, en el caso del Síndrome de Down, preguntar ¿qué grado tiene?; es un niño, no un terremoto!

Desde fuera la minusvalía se considera un hecho dramático, lleno de esfuerzo y de desesperanza, sin recompensa. Ello se debe a que se los valora desde el punto de vista biológico, llevando por delante el diagnóstico, el informe médico, y siendo descritos como un cúmulo de síntomas. El diagnóstico debe servir para facilitar y favorecer al máximo las potencialidades del individuo, pero no para marcar un límite ni para renunciar a sus posibilidades.
No está bien visto mostrarse públicamente como alguien que discrimina, lo que no evita la situación de discriminación: aceptación, pero en otro contexto que no sea el propio (tienen derecho a la educación, pero no en el colegio al que asisten nuestros hijos; tienen derecho a trabajar, pero no en nuestra empresa; tienen derecho a constituir su propia familia, pero no en mi círculo…) En definitiva, toleramos pero no insertamos.
En 2011, la ONG “Family Resource Associates” e investigadores del Hospital Infantil de Boston. Llevaron a cabo un estudio basado en una encuesta realizada a más de 3.000 miembros de familias con integrantes con síndrome de Down que incluyó a las personas con síndrome de Down, a sus padres y a sus hermanos.
Estos son los resultados de las más de 3.000 personas que han respondido:

Opiniones de los padres o tutores
La primera parte del estudio ha evaluado 2.044 encuestas enviadas por padres o tutores. El 99% manifiestan que aman a su hijo con síndrome de Down y un 79% sienten que su visión de la vida es más positiva gracias a su hijos y afirman sentirse más tolerantes, más pacientes, más amables y agradecidas, y sienten una mayor empatía.
Sólo el 4% se lamenta de tener su hijo, aunque esta apreciación está más extendida entre los que tiene hijos de más edad (la hipótesis es que pueda deberse a la falta de protección social, educación y servicios de apoyo cuando sus hijos nacieron) o aquellos cuyos hijos presentan problemas serios de salud.
Alrededor del 50% de los padres encuentran ayuda y el apoyo de sus asociaciones.

Puntos de vista de hermanos y hermanas.
El segundo estudio ha evaluado las respuestas a preguntas similares a partir de 822 encuestas de hermanos y hermanas. Entre los de más de 12 años, el 94% expresa un sentimiento de orgullo acerca de su hermano, frente a un 7% que se siente avergonzado por su hermano. Un 88% dice sentirse mejor persona a causa de su hermano con síndrome de Down y tiene una apreciación más profunda de todas las personas.
En general manifiestan que les gusta ayudar a su hermano/a con SD a aprender cosas nuevas y lograr nuevas tareas. Sólo una minoría expresan sentir lástima por el hermano.
Muchos se sienten cómodos, con mayores responsabilidades y tienen intención de seguir participando en la vida los hermanos

Autopercepción de las personas con síndrome de Down.
El tercer estudio evaluó las respuestas de la encuesta a 284 personas con síndrome de Down de más de 12 años. La edad promedio fue de 23, y 84 % vivía con uno o ambos padres. Estos son los resultados.
Entre los encuestados, casi el 99% de las personas con síndrome de Down indican estar satisfechos con sus vidas, al 97% les gusta lo que son, y al 96% les gusta su aspecto. Cerca del 99% expresan el amor a sus familias, y al 97% les gustan sus hermanos/as.
Hay un 86% de personas con síndrome de Down que sienten que pueden hacer amigos con facilidad; las personas con dificultades en su mayoría han vivido situaciones de aislamiento en su vida.
Un pequeño porcentaje manifestó su pesar acerca de su vida y quieren "deshacerse de su cromosoma extra" y afirma que no les gustaba el síndrome de Down.

Una cuestión muy interesante que ha recogido la encuesta es qué les dirían ellos a los nuevos padres. He aquí algunas de las respuestas dadas: 
- Que habrá amor entre el bebé y los padres
- Que sus vidas son buenas.
- Que el bebé les va a encantar.
- Que los padres no tienen por qué preocuparse.
- Respuestas tales como "Si todo el mundo fuera tan feliz como yo, eso sería genial", "Yo tengo amigos que se preocupan y me aman"
- Que traten al niño como un niño normal.
- Muchos invitan a los padres a tener paciencia ya que algunas cuestiones son más difíciles de aprender.
- Algunos señalan las similitudes entre los que tienen síndrome de Down y los que no.
- Algunos expresan sentimientos de tristeza o de querer ser como sus hermanos (este grupo se observó entre los que acaban de salir de la escuela secundaria.)


Las medidas rehabilitadoras suponen una mejora en la calidad de vida, pero dio lugar a la creación de un mundo exclusivo. En la actualidad se persigue la supresión de las barreras físicas y sociales, considerando que el problema no es del individuo con minusvalía sino del entorno.
Sin duda, la imagen de la minusvalía ha ido mejorando, pero todavía se margina y se menosprecia a este colectivo.
Ésta es una sociedad donde prima lo novedoso, lo joven, la belleza, la rapidez, la productividad, … factores que potencian una imagen negativa de la minusvalía, como contrarios al éxito. Considerándolos como personas pasivas, inútiles, sin habilidades de relación, con problemas de adquisición de habilidades cognitivas... Pero, a su vez, la sociedad potencia los valores de tolerancia, igualdad, respeto, diversidad... planteando una situación de disonancia o incoherencia que se resuelve normalmente con la evitación.

3 comentarios:

  1. Muy bueno el post y tienes toda la razón , hay muchos todavía que siguen teniendo prejuicios pero eso debe de cambiar y para eso estamos nosotros , para enseñarles.

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  2. Gracias, estuvo muy interesante e enriquecedor

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