Al hilo de lo
expuesto en la última entrada por una de mis compañeras de blog, me gustaría
seguir comentando el tema de los prejuicios en las aulas sobre los alumnos
inmigrantes.
Hace unos
días tuve una conversación con una antigua profesora de mi instituto y con una
compañera de clase. La conversación empezó debatiendo sobre si a los profesores
de secundaria se les evaluaba de una manera correcta y completa en las
oposiciones para acceder a un puesto en el profesorado. Como más tarde
comprobamos, éstas oposiciones no son del todo exhaustivas a la hora de evaluar
la capacidad de un profesor.
Llegamos a
ésta conclusión debido a que mi profesora sacó el tema de los alumnos magrebíes
en las aulas. Ella decía que los alumnos procedentes de éstos países eran todos
unos vagos, y mi compañera, por el contrario, aseguraba que las chicas
magrebíes eran todo lo contrario. Chicas trabajadoras y obedientes en las
aulas. Éstas afirmaciones son debidas a experiencias propias, pero que son
corroboradas por multitud de profesores. Estos comportamientos, los de las chicas,
son debidos a la cultura musulmana, en la que la mujer desde pequeña es
adoctrinada para que sea obediente y trabajadora en todos los aspectos de su
vida, estando sumisa al papel del hombre en su casa.
Por el
contrario, los varones tienen un papel de superioridad y autoridad sobre las
mujeres en sus hogares, por tanto los niños al llegar a clase tienen una
actitud desafiante y de superioridad debido a que asimilan los comportamientos
que ven en casa de una manera errónea.
El
comportamiento de muchos inmigrantes en las aulas no es el adecuado, al igual
que el de muchos alumnos españoles, y esto no es por el hecho de ser inmigrantes,
sino por la educación que reciben por parte de la sociedad que les rodea, y en
gran parte por la cultura de la que proceden.
Pablo H.
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